Las fotografías mantendrán una pauta cromática que potencie la identidad corporativa, incorporando tonos cálidos y contrastes suaves. Los desenfoques y planos detalle ayudan a ganar profundidad y destacan el elemento principal de la comunicación.
Las personas son lo más importante, y procuraremos que estén siempre presentes.
Su actitud es siempre positiva, y en la medida de lo posible no deberán mirar a cámara. Pueden estar de espaldas, siempre que la narrativa de la escena lo requiera.